Para muchas culturas indígenas, el oso es símbolo de fuerza, coraje y sanación. Existe la creencia generalizada de que los osos poseen una extraordinaria capacidad para sanar sus heridas, lo que los convierte en un símbolo de resiliencia y recuperación.
 En la mitología nórdica, Ursus (oso) es un símbolo de poder y autoridad innatos. Esta criatura era más que un simple animal salvaje; era un puente entre el mundo natural y el mundo espiritual. El ancestro del oso, a menudo asociado con otros dioses nórdicos.
 Se cree que llevar un collar de garras de oso invoca el poder protector y la fuerza del oso. Los guerreros las usaban para protegerse, mientras que los curanderos las incluían en sus bolsas por su poder curativo.
 En la actualidad, se cree que la garra de oso confiere a quien la porta el formidable espíritu del oso. Es un tótem para quienes buscan fuerza y coraje en tiempos difíciles, y un recordatorio de la resiliencia inherente a la naturaleza y a nosotros mismos.